Comunidades peruanas en el exterior
Comunidades Peruanas en el Exterior
La protección de las comunidades peruanas en el exterior es un mandato constitucional. Al igual que los servicios que está obligado el Estado a brindarles a través de los consulados de la República.
El Cónsul no es una autoridad de gobierno. Es un servidor público. Los servicios consulares, administativos, de registros civiles y notariales, deben brindarse bajo los principios de igualdad, no discriminación, legalidad, honestidad, inmediatez y pritección. Los Consejos de Consulta, son instancias de la socieda civil oranizada, reconocidos por la ley, autónomos, que concurren con los cónsules a la eficacia de los servicios consulares.
La expatriación de nacionales varados en el extranjero a causa de la emergencia de la pandemia del COVID 19.
Cerradas las fronteras terrestres y aeropuertos, como medidas necesarias e imperativas para combatir la epidemia del COVI 19, miles de peruanos quedaron varados en el exterior. Sin poder regresar al país. y clausurados los vuelos comerciales. Turistas, trabajadores temporales, estudiantes en cursos de corta duración. Una situación que ha afectado a todos los países del mundo que han adoptado medidas de confinamiento y distanciamiento social. Las respuestas de cada Estado difieren en s envergadura, costos y alcance. Los países industrializados y algunos latinoamericanos realizaron la repatriación a través de vuelos oficiales utilizando aviones militares o de las líneas nacionales de aviación comercial. El gobierno peruano optó por autorizar – selectivamente- el retorno de sus connacionales a través de acuerdos con los países extranjeros que enviaron aviones para recoger a sus propios nacionales. Este procedimiento se ha dado especialmente con los países europeos y limítrofes.
La repatriación de los nacionales varados en Estados Unidos y América del Norte, se ha hecho y viene haciendo especialmente a través de acuerdos con empresas de turismo o chárter, que han fletado aviones. En un número considerable de casos el costo del pasaje ha sido compartido por el Estado, aproximadamente con un tercio. Y en casos extremos con una suma mayor.
Mientras se resolvía la repatriación, cientos quedaron sin posibilidad económica para el pago de hoteles y alimentación. Para atender esos casos, la Cancillería dispuso partidas presupuestales especiales para que el Estado cubra esos gatos de emergencia humanitaria.
Para procesar y organizar el retorno, de manera temprano se habilitó una pagina web para que los peruanos y peruanas que requerían el retorno se inscribe, detallando su situación. Lamentablemente el formulario de registro no es lo suficientemente explicito. Ni la web contiene explicaciones ni criterios que orienten a los usuarios sobre los detalles de las políticas de repatriación y asistencia humanitaria. Quizás por esta razón el número de registros ascendió a 20,0000 solicitudes. Posteriormente ajustadas a cerca de 17,000.
El gobierno no ha explicado la razón por la que, en uso de las competencias jurisdiccionales de excepción, que, en casos de emergencia nacional, la Constitución y la ley le confiere no habilitó una pista del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, para los vuelos de emergencia humanitaria de recojo de ciudadanos extranjeros a su país de origen y de repatriación de los peruanos en el exterior. La empresa concesionaria está obligada a catar estas disposiciones. En su lugar se dispuso la pista del Grupo 8 de la aviación militar, poco apto para un flujo de vuelos de esta naturaleza. Esta situación creo dificultades administrativas y operacionales, que muchos de los gobiernos extranjeros involucrados resintieron.
En términos generales las medidas dispuestas por el gobierno están dentro de la sensibilidad y eficacia de los estándares internacionales. Pero han adolecido y adolecen de una falta de información, clara, oportuna, generalizada e inmediata. Se han utilizado casi exclusivamente los canales rutinarios de informaciones, páginas web estandarizadas de los consulados y comunicados oficiales. No se creó una pagina web especial para la emergencia, que centralice y divulgue un espectro amplio de información. Ello y la burocracia administrativa genero en muchos casos malestar y preocupación en los usuarios del sistema y también en gobiernos extranjeros. Aun se está a tiempo para mejorar estos aspectos.
Llamó la atención, asimismo, algunas disposiciones algo extravagantes, como aquella que solicitó a los peruanos en el exterior que hospeden en sus casas a los connacionales que no podían regresar al Perú por decisión de la correcta política sanitaria del gobierno. Los varados. Lo que evidentemente además de aparejar problemas relativos a la diseminación de eventuales contagios, desconocía la situación socio económica de la mayoría de la inmigración peruana. Suponía además trasladar una obligación del Estado a los presupuestos y vida cotidiana de una población vulnerable. Esta singular disposición fue desactivada oportunamente.
La falta de un sistema de gestión excepcional digital y administrativo y la carencia de flujos de información en su claridad y contenido acordes con la emergencia nacional, han sido compensados sin embargo por la actitud de compromiso y solidaridad de los cónsules y funcionarios consulares, que en el exterior se han n entregado a una actitud de servicio público encomiable. La atención sanitaria a los repatriados en Lima para que pasen la cuarentena con seguridad y distanciamiento social, en hoteles especialmente habilitados, funciona a satisfacción plena de los repatriados. (Redacción ILADIR / área Comunidades peruanas en el exterior)